En diciembre nos vamos de vacaciones. Porque no tuvimos vacaciones en verano, porque nos pilla justo en el cambio de puesto de trabajo, y porque nos lo merecemos. Hoy ha venido Jorge a ayudarnos a planear el viaje, y como agradecimiento le he preparado estos gnocchi de calabaza que había visto en lo de Anita Cocinitas. ¡Están muy ricos! Y además es tan divertido hacer pasta fresca, llenarlo todo de harina, y cantar eso de Siempre que llegas a casaaaaaaaaa...
¡Gnocchi naranjas!
Ingredientes (para 4 raciones):
- 350 g de calabaza (ya pelada y limpia; yo he usado calabaza Hokkaido)
- 1 nuez de mantequilla
- 1 huevo
- harina de trigo, aproximadamente la misma cantidad que de calabaza, más lo necesario para enharinar la encimera
- 4 lonchas de jamón serrano
- unas lascas de queso de oveja viejo
- aceite de oliva virgen extra
- sal
- salvia
Cómo preparar estos gnocchi di zucca:
Una vez pelada y limpia, trocear la calabaza y ponerla en una sartén a fuego muy lento, junto con la mantequilla, y tapada, durante unos 20 minutos, hasta que quede tierna. Dejarla enfriar.
Cuando ya esté fría, triturar la calabaza con la batidora y llevarla a un bol.
Añadir el huevo y un poco de sal, y mezclar bien.
Incorporar unos 200 g de harina y mezclar bien con una cuchara. Después ir incorporando poco a poco el resto de la harina (yo calculo que habré usado unos 400 g) hasta que la masa se pueda trabajar con las manos.
Enharinar una superficie lisa y seguir trabajando la masa ahí. Hay que seguir añadiendo harina hasta que la masa ya no se te quede pegada en las manos.
Tomar porciones de la masa y darles forma de rulo, de unos 2 cm de diámetro. Después, ir cortando rodajitas no muy gruesas con un cuchillo. Poner los gnocchi sobre una bandeja que hayamos enharinado, redondeando un poquito los bordes con los dedos, y espolvoreándolos con más harina, para que no se peguen. Sí, a estas alturas ya está todo pringado de harina, no queda más remedio que rendirse y disfrutar del caos imaginándonos que somos una mamma italiana :)
Cocemos los gnocchi en abundante agua hirviendo durante unos minutos, hasta que flotan en la superficie y están tiernos y cocidos por dentro.
Servimos inmediatamente, calentitos, con el aderezo que nos apetezca. Yo hoy les he puesto simplemente un chorrito de aceite de oliva virgen extra, del güeni que me traigo en latitas pequeñas desde España, unas lonchitas de jamón troceadas con las manos, y unas lascas de queso de oveja viejo, también del güeni, también me lo traigo de España de contrabando, y los he espolvoreado con un poco de salvia. Me ha encantado la combinación de colores, y de sabores. ¡Que lo disfrutéis!
Qué receta tan rica !!, esta me la apunto, tengo que probarla :)
ResponderEliminarBesos
Está rica, y además es divertida! Yo creo que esto de trabajar con las masas me gusta porque me lleva de vuelta a mi infancia, cuando mi madre me ponía a hacer rosquitos para tenerme entretenida XD
ResponderEliminarMe encantó la receta! voy a probar hacerla!Gracias y felicitaciones por el blog:-)
ResponderEliminar¡Muchas gracias! Y bienvenida :)
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