Alguna vez había probado este bizcocho rayado aquí en Berlín, no recuerdo dónde. Sí recuerdo que me gustó mucho de sabor, y que me encantaron sus rayitas. En aquel momento no entendí que "Baumkuchen" viene a significar "pastel de árbol", olvidé el nombre, y en consecuencia se me hizo más difícil buscar la receta por internet. Por eso me hizo tanta ilusión que SandeeA la publicara en su blog.
Ayer teníamos una pequeña reunión-merendola y me propuse probar a hacer el Baumkuchen. Ya le tenía ganas hace tiempo, pero últimamente limito las tartas a las reuniones con amigos, por aquello de que si hago una tarta para nosotros dos, nos la comemos, enterita además, y poco a poco vamos creciendo en la tercera dimensión de una forma que no mola nada. En fin, que ayer me arremangué y me puse manos a la obra.
La tarta quedó bien. El sabor, estupendo. La textura es sorprendentemente suave para un bizcocho que no lleva levadura. Eso sí, es una tarta consistente, para servir en raciones pequeñas.
En cuanto a la preparación, no es en absoluto complicada, pero sí muy laboriosa. Yo no tengo una batidora de varillas eléctrica (aún, el universo gastronómico no deja de mandarme señales para que me compre una) y montar siete claras de huevo a mano se me hizo pesado. Después, como se hornea por capas, hay que estar pendiente del horno durante media hora o cuarenta minutos. Así que recomiendo que hagáis esta tarta cuando tengáis mucho tiempo por delante, y muchas ganas de luciros. Porque luciros, os váis a lucir, eso os lo aseguro.
De chocolate y a rayitas
Ingredientes:
- 250 g de margarina
- 250 g de azúcar
- 7 huevos medianos
- 150 g de harina de trigo
- 100 g de harina fina de maíz (tipo maizena)
- 1 pizca de sal
- 1 sobrecito de azúcar vainillado, o un poco de extracto de vainilla
- 2 cucharadas de cacao puro en polvo
- 200 g de chocolate negro para cobertura
- 2 cucharadas de leche
Cómo preparar este Baumkuchen:
Batir la margarina con el azúcar con la batidora, hasta que quede una mezcla homogénea, suave, cremosa.
Partir los huevos separando las claras de las yemas. Reservar las claras. Incorporar las yemas de una en una sobre la margarina, batiendo.
Tamizar la harina de trigo y la de maíz sobre la margarina. Si tenéis un tamizador, estupendo, y si no, también podéis usar un colador metálico grande. Batir toda la mezcla hasta que quede muy homogénea.
En otro recipiente aparte, montar las claras de huevo con la pizca de sal, hasta que queden bien firmes. Incorporarlas después a la otra mezcla, poco a poco, con ayuda de las varillas, usando movimientos suaves y envolventes.
En este momento podemos encender el horno para que se vaya calentando. Encendemos sólo el grill, a 200 ºC.
Dividimos ahora la masa del bizcocho en dos partes iguales. A una le añadimos el azúcar vainillado, y a la otra el cacao, mezclando con las varillas, siempre con cuidado.
Preparamos el molde que vayamos a usar, bien forrándolo con papel para horno, bien engrasándolo con margarina. Yo he usado un molde rectangular de silicona, y lo he engrasado un poco con margarina (aunque en principio no haría falta). El resultado ha sido estupendo, el bizcocho no se ha pegado nada a las paredes, se ha desmoldado muy fácilmente, y ha quedado con una forma muy bien definida (¡viva la silicona! - en moldes para horno).
Tomamos dos cucharadas soperas de masa blanca, y las distribuimos sobre el fondo del molde, de modo que quede una capa fina y uniforme. Horneamos en la bandeja media del horno durante unos 2 ó 3 minutos, hasta que la masa esté cocida y ligeramente dorada. Os recuerdo que sólo estamos usando el grill.
Sacamos el molde con cuidado. Ahora ponemos dos cucharadas de masa de chocolate, las distribuimos bien, y volvemos a hornear.
Repetimos esta operación alternando masa de vainilla y masa de cocholate, y horneando por capas, hasta que agotemos las dos masas. La última capa la he dejado que se dorase un poco más que las demás, para que quede más firme y haga las veces de base de la tarta al desmoldar.
Sacamos la tarta del horno y la dejamos enfriar durante unos 20 minutos. La desmoldamos con cuidado dándole la vuelta, de manera que la última capa que horneamos quede abajo del todo, y dejamos enfriar completamente.
Cortamos el chocolate negro en trozos y los ponemos en un cazo junto con las dos cucharadas de leche, a fuego muy lento. Vamos removiendo para que se derrita pero no se queme. Si vemos que está muy espeso, añadimos un poquito más de leche.
Usamos este chocolate derretido para cubrir nuestra tarta, y dejamos enfriar.
Qué maravilla de bizcocho, lo apunto para hacer! Qué pena que sólo me quedan 4 huevos y no tengo margarina, si no lo haría esta misma tarde, muchas gracias por compartirlo :)
ResponderEliminar¡Hola Marieta!
ResponderEliminarPues yo te animo a apuntarte a esta fiebre del Baumkuchen, que está arrasando internet ;)
Es entretenido de preparar, pero luego lo cortas y queda taaaaaan bonito que merece la pena. ¡Y además está rico!
Gracias a ti por pasarte por aquí.
¡Saludos!
Hola Eli!, en primer lugar, gracias por tu visita, me alegro de haberte conocido a ti y a tu blog, ¡es muy interesante!, creo que me pasaré por aquí a menudo :)
ResponderEliminarEn cuanto a este bizcocho, ¡es estupendo!, tiene una pinta deliciosa por los ingredientes y, además tiene un aspecto llamativo y apetitoso a más no poder, ¡tomo nota de la receta!
Sólo decirte que me das una envidia tremenda, ¡en Berlín!, con lo que a mi me gusta viajar.. y no conozco esa maravillosa ciudad :(. Algún día.. no perdamos la esperanza :)
Besos
¡Hola Encar! Encantada de tenerte por aquí :)
ResponderEliminarOye, si alguna vez te da por venir a Berlín, avisa, me ofrezco como guía :)
Lo quiero hacer para el cumple de mi novio, que está loco por el Baumkuchen, a ver si me luzco! :)
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