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viernes, 20 de abril de 2018

Y de repente aquí estamos, seis meses después, en un piso que mira al cielo madrileño, con el suelo cubierto de juguetes, arena, zapatos, el caos pintándolo todo de hogar. Los días empiezan insultantemente pronto, pero son largos y luminosos. Estoy tan cansada que a veces me falta el aire, pero el pecho me revienta de amor. Casi no recuerdo la última vez que tuvimos una conversación, pero doy y recibo muchos abrazos cada día. Qué intenso todo, qué vida de contrastes. Y qué rápido nos hemos adaptado, en contra de todas las advertencias de expertos.

domingo, 14 de mayo de 2017

Reflexiones prácticas sobre la maternidad

Hoy es el día de la madre en Alemania (como si una dejara de ser madre algún día del año, jaja) y aprovecho para publicar estas notas acerca de algunos detalles prácticos en torno a la maternidad y la crianza.

Desde antes que nazca el bebé nos enfrentamos a multitud de dudas: ¿Qué debo comprar? ¿Qué debo leer / qué cursos debo hacer para prepararme? ¿Daré el pecho? ¿Haré colecho? ¿Tomaré al bebé en brazos? En los últimos meses me he encontrado a menudo conversando sobre estos temas con otras madres y futuras madres, y he pensado que podría resultar útil escribir mi opinión. Mis recomendaciones se basan en mi experiencia, mi verdad, que no tiene por qué coincidir con la de otras madres, pero espero que sirva de ayuda, al menos para la reflexión, a otras madres primerizas.

Ante todo, un primer y único mandamiento: no critiques a otras madres. Ni siquiera para tus adentros. Cada una hace lo que puede, lo mejor que puede. Cada niño es diferente, cada persona vive sus propias circunstancias (las cuales tú desconoces). Y sobre todo, por mucho que se empeñen en hacernos creer lo contrario, el comportamiento de tu hijo no será consecuencia directa de si le tomaste más en brazos o menos, si le diste el pecho o el biberón, o si dormía en tu cama o en su cuna. Obviamente tus acciones tienen una influencia, y hay puntos en los que la salud y seguridad de tu hijo son tu responsabilidad. Pero si el hijo de tu amiga no duerme seguido todas las horas que a ella le gustaría, ten por seguro que no será por culpa de algo que ella hizo o dejó de hacer en un momento determinado. Así que ofrece tu apoyo y ahórrate el impulso crítico.



Aprendizaje antes del nacimiento

Sin duda, recomiendo prepararse en estas dos áreas antes de que nazca el bebé. Yo fallé en ambas, en tanto que infravaloré su relevancia:

1- Dormir. Me refiero al arte de hacer power-naps, o técnicas para quedarte dormida rápidamente. En una época de tu vida en que los minutos de sueño se cotizan caros, no hay nada más frustrante que quedarte desvelada entre dos tomas nocturnas. O no poder aprovechar el rato de la siesta del bebé para recuperar energías. A día de hoy mis trucos para dormir son canturrearme las nanas que le canto a mi bebé, y mecerme en la butaca. Pero no siempre funcionan. También estoy probando estos trucos. Si tenéis sugerencias sobre cómo mejorar la técnica, por favor, compartidlas.

2- Lactancia. Sí, yo era de las que pensaba que para dar el pecho sólo hay que llevar al niño a la teta. En algunos casos es así de fácil. Pero por desgracia, vivimos en una sociedad que opone múltiples obstáculos a la lactancia. Para empezar, la lactancia se aprende viendo a muchas otras mujeres lactar, cosa en la que la mayoría de chicas de mi generación somos deficientes. Nuestras madres no nos dieron el pecho, o sólo durante un periodo muy breve. Y la inmensa mayoría del personal sanitario no está correctamente formado en lactancia. Esto fue para mí una gran decepción, que además me condujo a sufrir muchos problemas de salud relacionados. Para colmo, como tantas otras veces, hay una industria a la que le interesa que la lactancia no sea exitosa, y que nos acosa en centros médicos, farmacias y supermercados con leches de fórmula, biberones y chupetes.

Por eso mi consejo es, si quieres darle el pecho a tu hijo, infórmate antes. Pero no esperes al curso de preparación al parto, eso no será suficiente, ni a que nazca tu bebé, entonces puede ser ya demasiado tarde. Lee la información online que ofrecen grupos de apoyo a la lactancia (como Alba Lactancia o LLL) y otras webs respetables (como las de KellyMom o el International Breast Center). Sobre todo me parece instructivo ver cuáles son las dudas y los problemas a que suelen enfrentarse otras madres; puedes asistir a un grupo de lactancia o seguir las consultas que Alba Lactancia y LLL reciben en sus grupos de Facebook.

Creo que escribiré otro post específico sobre lactancia con algunos consejos más específicos.



Mobiliario para bebés

Según mi experiencia, lo mejor es tener lo más básico y después ir comprando lo que necesites cuando te des cuenta de que realmente lo necesitas. Esto es, a no ser que tengas mucho dinero que no te importe gastar. Y si puedes usar muebles prestados, pues tanto mejor.

- Cuna: Es probable que tu bebé acabe durmiendo en tu cama, así que yo no gastaría mucho dinero en una cuna. Sí me parece práctico que se pueda pegar a tu cama como una extensión de tu colchón, por si tu hijo acepta dormir ahí. En cualquier caso, sí compraría un colchón nuevo. Esas cunitas de colecho pequeñitas son monísimas, pero también carísimas y tu hijo crecerá muy rápido y dejará de usarla en seguida.

- Cochecito de bebé: Hay bebés que no soportan ir tumbados ahí dentro sin ver nada; tenlo presente si estás pensando comprar un cochecito convertible de los que llevan un cesto y un asiento. Tampoco gastes dinero extra en un cochecito que amortigüe bien los baches; de hecho te encontrarás buscando baches para calmar al bebé. Lo que sí es importante es que las ruedas giren bien.

- Mochila o pañuelo de porteo: Cuando tu hijo es pequeño, una mochila porta-bebés resulta muy cómoda para ir por la calle. El bebé se queda tran tranquilo y relajado que te verás haciendo las tareas domésticas con el bebé colgado. Y además la postura le ayuda a eliminar los gases y a hacer caca. Sí, y mil veces sí.

- Cojín de lactancia: Durante los primeros meses el bebé se pasa el día mamando, y cada toma puede durar fácilmente 45 minutos. En esta época te puede resultar más cómodo tener un cojín para ayudarte a mantener la postura, pero no necesitaas uno específico de lactancia. De hecho, a mí el de lactancia me acabó resultando incómodo. Yo intentaría probar uno prestado antes de gastar el dinero en uno nuevo.

- La habitación del bebé: Es la escena que conocemos de las películas y series norteamericanas: la mujer embarazada entra en fase de nesting, se cubre el pelo con un pañuelo y se pone a pintar la habitación del bebé. En realidad todas las autoridades médicas recomiendan que el bebé duerma en la misma habitación que sus padres durante el primer año de vida, ya que esto disminuye la probabilidad de que padezca el síndrome de muerte súbita infantil (hablaré más sobre esto en otro post sobre colecho). Así que no es necesario que elijas el color de la pared todavía. Lo que sí me parece muy útil es disponer de una cama extra (o un buen sofá-cama) en otra habitación, para esas ocasiones en que uno de los dos padres necesita dormir sin interrupciones.



Las primeras semanas

El tiempo con un recién nacido es un caos emocional, hormonal, logístico, al que necesitas adaptarte. Quizás te ayude definir un sistema claro de prioridades. Comparto el mío:

Prioridad 0: el bienestar del bebé.

Si el bebé duerme, prioridad:
  1. Dormir
  2. Comer
  3. Ducharte, vestirte, salir a la calle, atender a las visitas, poner la lavadora, etc
Me costó cierto esfuerzo renunciar a hacer mi vida como antes de que naciera el bebé. Parece absurdo, pero por mucho que me creía mentalizada para adaptarme, nació mi hijo y yo quería seguir llegando puntual a citas, mantener compromisos sociales, comer y ducharme a la hora a la que lo hubiera planeado. Pues bien, mi bienestar general se multiplicó cuando interioricé esta escala de prioridades y empecé a actuar en consecuencia. No te asustes, es sólo durante las primeras semanas. Aprovecha para disfrutar de tu bebé y olvídate de lo demás.



Crianza

En cuestiones relativas a la crianza, te encontrarás con que todo el mundo sabe cómo debes hacer las cosas y casi nadie duda en decírtelo. Pues bien, sinceramente no creo que tomar una decisión en un sentido o en el contrario vaya a tener una influencia dramática en el desarrollo de tu bebé. Cada niño es diferente, desde recién nacidos ya muestran una personalidad propia, y cada madre es diferente. Por eso, si antes de que tu hijo nazca te planteas si vas a practicar el colecho o no, si vas a coger a tu hijo mucho en brazos o no, si le vas a dar el chupete o no, mis consejos son:

- En cuestiones de salud consulta al pediatra. En cualquier otro caso, probablemente la decisión que tomes no tendrá consecuencias drásticas sobre el desarrollo de tu hijo.
 
- No hagas lo que te dicen, sino lo que te pida el cuerpo. Si tu hijo llora y te apetece cogerle en brazos, cógele. Si duerme y te apetece tenerle en brazos y babear mientras le miras, hazlo. Es fundamental que tú estés lo más feliz posible. No intentes complacer a los demás, haz lo que tú quieras hacer. Disfruta de tu bebé.

- Busca soluciones para tus problemas de hoy y no te obsesiones con los problemas de mañana, porque no sabes cuáles serán esos. No, no hay una función matemática según la cual si hoy tu hijo duerme contigo, no vaya a dormir solo hasta los x años.

- Tu madre y tu suegra fueron madres hace 30 años o más. Algunos de sus consejos serán útiles, otros han sido desbancados por la ciencia, y de otras cosas simplemente tienen un recuerdo fragmentado. En cualquier caso, ellas tienen la experiencia de uno o dos hijos, no poseen información estadística, y por mucho que suenen así, no están en posesión de la verdad. Porque probablemente tal verdad no exista.

- Busca grupos de mujeres que sean madres ahora, preferiblemente con no demasiada diferencia de tiempo. Es increíble lo rápido que olvidamos muchos detalles. Una forma para encontrar otras madres puede ser en cursos preparto y de gimnasia postparto (sobre todo si los dos cursos los imparte una misma matrona, probablemente el grupo de mujeres sea el mismo en las dos ocasiones). También, grupos de lactancia, o grupos de gateo.



Y eso es todo por hoy. Espero que estas notas os sirvan como referencia a la hora de tomar vuestras propias decisiones. Los comentarios están abiertos para preguntas, sugerencias y opiniones.

¡Feliz día de la madre!

sábado, 20 de agosto de 2016

Pan de plátano y chocolate

Este pan dulce está tan rico que mientras probaba el primero que hice inmediatamente me puse a hacer recuento de ingredientes para ver si me daban para un segundo. Porque está feo preparar un bollo para el desayuno del fin de semana y que cuando tu parte contratante llegue a casa quede apenas la mitad. Bueno, eso y que con la excusa de la lactancia no me corto un pelo.

En mi defensa diré que de hecho ahora peso seis kilos menos que antes de quedarme embarazada, y que acabo de hacer unos análisis de sangre y mi doctora me ha felicitado por los buenos resultados. Además, durante los primeros tres meses de lactancia los plátanos han sido un componente importante de mi dieta nocturna (se pueden transportar fácilmente, se pelan con una mano, se comen en un pispás, sacian bastante y dan energía a corto plazo, todas características muy ventajosas para una madre primeriza recién salida del horno). Pero ahora que mi bollito me da un poco más de tregua por las noches, se me habían acumulado unas cuantas bananas que estaban amenazando con criar mosca de la fruta al máximo de su potencial.

Como veis no me faltan razones para justificar mi vicioso comportamiento.

La receta es una variación del crackly banana bread de smitten kitchen eliminando sirope, especias, y añadiendo trozos de chocolate. Se prepara en un santiamén, usando un sólo bol, y sin batidora. Frío está bueno, caliente es una maravilla a medias entre un bizcocho y un pudding.

Yo os lo cuento. Vosotros veréis qué hacéis con la información.

Pan de plátano y chocolate:

-> Precalentar el horno a 180 °C
-> En un bol grande poner:

    3 bananas grandes y muy maduras, peladas y cortadas en trozos

-> Aplastar con un tenedor de modo que quede una pasta con grumos

-> Ir añadiendo y mezclando con el tenedor:

  + 1 huevo
  + 80 g aceite de girasol
  + 80 g azúcar morena
  + 5 g (1 cucharadita) esencia de vainilla
  + 7 g (1/2 sobre) levadura en polvo
  + 1/4 cucharadita sal
  + 180 g harina de trigo integral
  + 100 g chocolate sin leche cortado en trozos

-> Verter en un molde y hornear (unos 40 minutos)

domingo, 19 de junio de 2016

Cosas que nadie me contó sobre la maternidad (6)

Cuidar de un lactante es un trabajo 24/7 que consume tu energía física y tu estabilidad emocional.

Es un esfuerzo que nadie te reconocerá.

Es más, es un esfuerzo por el que te penalizarán en tu carrera profesional.

Esto lo había leído/oído antes, claro, pero sólo ahora lo comprendo.

sábado, 18 de junio de 2016

Cosas que nadie me contó sobre la maternidad (5)

Mi abuela siempre me ha dicho "Los hijos dan mucha alegría, pero se sufre mucho por ellos". Y qué razón tiene. La primera vez que te miran haciendo pucheros y llorando lagrimones tienes que contenerte para no echarte a llorar tú también. Después no te queda más remedio que acostumbrarte, insensibilizarte un poco, porque los pucheros y lagrimones ocurren a menudo. Lo que va aumentando en variedad es el número de motivos. Y eso resulta mucho más duro: enfrentarte cada vez al reto de no saber (y probablemente no llegar a saber nunca) qué es lo que le hace daño, pero buscar una solución no obstante.

La maternidad es una mezcla de felicidad y terror.

domingo, 12 de junio de 2016

Cosas que nadie me contó sobre la maternidad (3)

Los bebés son seres muy raros. Dan miedo.

Dan miedo las fontanelas, que proporcionan acceso al cerebro, y que se hinchan y deshinchan levemente dependiendo de cuánto ha comido el niño en cuestión.

Da miedo la cabezota, que se supone debemos sujetar siempre para evitar lesiones terribles, y que ellos se empeñan en lanzar en todas las posibles direcciones, como despreciando el más básico de los instintos de supervivencia.

Dan miedo los variados ruidos que hacen al respirar, sobre todo mientras duermen. Da miedo la falta de regularidad en el ritmo respiratorio.

Dan miedo los cambios instantáneos de humor: cómo pasan de gritar con máximo enojo y desesperación (esta segunda más por parte de los padres que del bebé) al silencio y la calma absolutos, acompañados de una mirada que querría expresar el desconcierto mismo. "Qué ha pasado? Por qué me miras así? Yo no sé nada!"

Da miedo lo pequeños y frágiles que son sus cuerpos, parece que vayan a romperse con sólo mirarlos. Y sin embargo resisten.

Cosas que nadie me contó sobre la maternidad (2)

Los hijos son de las madres. Sobre todo si se opta por la lactancia como modo de alimentación.

Es obvio que la teta no se puede compartir. Eso conlleva que necesariamente es la madre quien hace las guardias nocturnas. Y no vas a despertar al padre sólo para que cambie el pañal. De todos modos él vuelve al trabajo pronto, casi mejor que duerma en la otra habitación para que el llanto del bebé no le moleste.

Y así, antes de darse cuenta y sin importar lo feminista que sea, la madre se ha quedado sola con una criatura colgada del brazo que necesita alimento cada par de horas y atención constante.