Cualquiera que me conozca no se soprenderá si digo que soy de tendencia ligeramente (ejem) obsesiva. Pues bien, en los últimos meses me ha dado por la cocina griega. En parte porque quiero incorporar más legumbres en mi dieta. En parte porque las dos veces que he estado en Creta he flipado muchísimo con la comida, más allá de los tzatziki, las ensaladas con queso feta y las carnes a la parrilla (que es lo que suelen poner en los restaurantes griegos). Así que me he comprado el libro La cocina de Vefa, que se considera como el libro de referencia para la cocina griega de toda la vida. O al menos eso dice El Comidista, y yo me lo he creído.
A mí el libro me parece que está bien. La edición es preciosa, sin duda, con los nombres de los platos escritos en griego, y a pesar de que no haya foto de todas las recetas. Lo que me molesta es la organización del libro en sí. Porque la sección de "pasteles salados" de repente incluye también pasteles dulces. O porque en la sección de mezés te cuenta que en primavera debido a la cuaresma tradicionalmente no se come carne, pescado, huevos ni lácteos, y a continuación te incluye una receta de brochetas de cordero. Eso me irrita bastante y despierta mi principio de trastorno obsesivo-compulsivo.
Pero dejando esos detalles aparte (inspira... expira...) el libro me encanta, las recetas me parecen geniales y todavía estoy por descubrir una que no me guste.
Por ejemplo, está la receta de garbanzos y berenjenas asadas. Con lo que me gustan los garbanzos y las berenjenas por separado, no dudé ni un momento en probarlos combinados. A pesar de eso, la suma superó por mucho la adición de los sumandos, y mis expectativas. Comparto aquí. Receta fácil, sana y deliciosa. ¡Que viva la cocina mediterránea!
Ingredientes para 4 raciones:
- 250 g de garbanzos cocidos (como mínimo, podéis poner más)
- 4 berenjenas, cortadas en rodajas de un dedo de grosor
- 400 g de tomates en conserva, troceados
- 3 ó 4 tomates frescos, cortados en rodajas finas
- 1 cebolla grande, picada a trozos medianos
- ajo (cuanto queráis, un par de dientes) picado fino
- aceite de oliva
- sal, pimienta, pimentón, orégano seco
Preparación:
- Sofreír la cebolla en el aceite hasta que esté transparente. Añadir el ajo y sofreír.
- Incorporar los garbanzos, el tomate en conserva y un poco de agua (¿medio vaso?). Condimentar con sal, pimienta, orégano seco y una cucharadita de pimentón. Dejar a fuego medio que se cueza todo junto y se reduzca el líquido.
- En una sartén poner un poco de aceite e ir friendo las rodajas de berenjena, por las dos caras, un par de minutos por cada cara, hasta que se ablanden. Reservar.
- En una fuente para horno poner la mitad de las berenjenas. Cubrir con los garbazos. Poner encima el resto de las berenjenas y terminar con las rodajas de tomate.
- Hornear a 180 ºC durante unos 50 minutos.
Nota: según la receta, se pone la mitad de las berenjenas debajo de los garbanzos y la otra mitad arriba. La verdad es que las berenjenas de abajo quedaron muchísimo más ricas, cocinadas en la salsa de tomate. Así que yo propongo poner todas las berenjenas al fondo, cubrir con los garbazos y terminar con las rodajas de tomate. Ahí, arriesgando, saltándome las normas. ¡Uuuuh! :)
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