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jueves, 7 de junio de 2012

De Maria Antonieta a un plato de galletas

Qué bonito es perderse por los hilos de la red y de los pensamientos.

Llegué al blog de Aliter Dulcia por lo del #cosasquemedamiedocontar. Me quedé enredada en su entrada sobre la reina francesa Maria Antonieta. De ahí pasé a ver la película de la Coppola, que la tenía apuntada en la lista de tareas pendientes. Y esto me llevó a acordarme de París. Ahhhhh -suspiro- cuánto me gusta esa ciudad.

La última visita a París la dedicamos a comer, a beber, y al Louvre. En una vida alternativa yo estudio historia del arte en vez de química. Pero en esta vida mi cerebro está más adaptado a la lógica y a las deducciones, quizás para compensar mi mala memoria. No sé casi nada de arte, ni de historia, pero disfruto muchísimo en los museos, y el Louvre es una maravilla.

Junto a la escultura más antigua del Louvre: 9000 años de antigüedad. ¡9000 años!

Confieso que también probé los macarons. No unos cualquiera, sino los de la confitería Jean-Paul Hévin, en la Rue Saint-Honoré: si iba a comer unos pastelitos de colores chillones tenía que asegurarme de que eran de muy alta calidad. Y lo eran: estaban buenísimos. No creo que los vaya a tomar de nuevo hasta que vuelva a París, porque ahora mi nivel de referencia es muy alto.

Macarons en su cajita. Qué monos.

Desde entonces me he descubierto un par de veces planteándome hacer macarons. Es el lado oscuro de la fuerza, tentándome. De momento resisto, y en vez de macarons hago galletas. Muchas galletas. Empecé con la receta de Encar's Bakery, que he ido modificando poco a poco hasta llegar a esta versión. Fácil, rápida y personalizable para distintas combinaciones de sabores. Las galletas quedan crujientes por fuera y blanditas por dentro, casi como un bizcochito.



Para unas 16 galletas:

Batir muy bien con la batidora:
    85 g de mantequilla
    50 g de azúcar morena
    40 g de azúcar blanca
    1 huevo

Tamizar sobre la mezcla anterior 175 g de harina y 7 g de levadura química. Mezclar bien con una cuchara. Formar bolitas con las manos, disponerlas bien separadas sobre una bandeja de horno forrada con papel de hornear, y hornear a 225 ºC (horno arriba y abajo) durante unos 10 minutos, o hasta que estén doradas.

Algunas variantes que he probado:

Dos chocolates:
Sustituir los 175 g de harina por 140 g de harina, 30 g de cacao puro en polvo y un sobrecito de azúcar vainillada o unas gotas de extracto de vainilla. Mezclar bien con la cuchara y añadir 100 g de chocolate blanco de cobertura cortado en trozos medianos.



Vainilla y chocolate
Añadir unas gotas de extracto de vainilla y 100 g de chocolate negro para coberturas cortado en trozos medianos.



Coco y limón:
Sustituir los 175 g de harina por 150 g de harina más 25 g de coco rallado. Añadir también la ralladura de un limón y unos trocitos de limón confitado.

Naranja y canela:
Añadir a la mezcla una cucharadita de canela molida, una cucharadita de amaretto y una cucharada extra de harina. También se le puede poner trocitos de naranja confitada.

5 comentarios:

  1. Uy, qué post más completito has hecho hoy, Eli ! Allá voy que tengo mucho que comentar :) Bueno, en primer lugar, me encanta la frase con la que abres el post, yo también lo practico cuando puedo (bueno, ultimamente no mucho..) y es una gozada: un descubrimiento te lleva a otro, y vas enlazando conocimientos y descubrimientos muy enriquecedores. La ruta que has seguido tú me parece super interesante, y acabas nada menos que en París y el Louvre!! Estuve hace 7 años y, aunque otras ciudades me gustaron más (Praga, Roma..) París no tiene desperdicio, y el Louvre... uff, qué pasada (a mi también me encanta el arte), aunque yo sólo estuve un día así que no vi nada como quien dice.. pero ver esa escultura con la que posas (por cierto, ¡estás muy guapa!) es un lujo y una experiencia única, yo entiendo lo que pudiste sentir,a mi esas cosas es que me emocionan incluso, en fin :) Con los macarons me pasa como a ti, quiero pero no me pongo a ello, .. quizá todavía no es el momento, todo en la vida tiene su momento :) Bueno, y vamos al fin con las galletas!! gracias por la mención y me gustan todas estas evoluciones y variantes que has hecho, pero las que haría ya son las de coco y limón, ¡esa combinación me ha dejado intrigada, tengo que probarlas! Nunca he utilizado el coco en galletas, ..

    Bueno, vaya rollo te he soltado, ¡sorry! Por cierto, leí tu post sobre "cosasquemedamiedocontar" y me gustó, aunque no soy muy partidaria de esta iniciativa y menos de algunos rumbos que tomó esta iniciativa (no hablo de ti), a pesar de ello reconozco que me ha gustado leeros a unas cuantas compañeras y me ha encantado la sinceridad y naturalidad con la que os abrís a vuestros lectores. Y también me parece admirable.

    Bueno Eli, seguiremos galleteando :) Besos!

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    1. Hola Encar, ¡muchísimas gracias por este comentario tan detallado! Qué gustazo :)

      En cuestión de gustos no hay nada escrito, pero está claro que las capitales europeas son maravillosas, cada una en su estilo :) Para mí París es probablemente la ciudad más bonita del mundo, pero en un sentido muy diferente de cómo son bonitas otras ciudades. París me parece una ciudad arquitectónicamente perfecta: el trazado de las calles, el diseño de los edificios, la facilidad con la que uno puede desplazarse de un punto a otro... Como ciudad moderna es bonita, agradable de habitar, funcional, y ahora mismo sólo se me ocurre sacarle el defecto de que es carísima, y en realidad muy pocas personas pueden permitirse vivir ahí.

      En cambio Roma para mí es una emoción constante: a cada paso te tropiezas con obras de arte, con edificios que tienen miles de años, en definitiva, con los orígenes. Y luego, claro, es Italia, y hay italianos, comida italiana, se habla italiano, y todo eso me encanta :)

      Praga me gustó mucho también, aunque fui hace muy poco (¿dos veranos, o fue el verano pasado?) y me dio un poco la sensación de ser un parque temático tomado por los turistas, no sé si me crucé con alguna persona que realmente viviera ahí y no trabajara de camarero en un bar, no sé si me explico.

      Y luego está Berlín, que tiene muchos encantos, pero son de una índole muy diferente, no se ven a primera vista...

      Que me enrollo :)

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    2. Los grandes museos, como el Louvre o el Prado, son para verlos en muchas veces. Yo más de cuatro horas no aguanto, la verdad. Si ahora viviera en Madrid me sacaría un pase anual y me iría a echar ratitos por las tardes o los fines de semana, para verlo poco a poco...

      Con el Louvre nos hicimos un plan de ataque: seleccionamos algunas salas concretas, y para llegar íbamos de prisa por los pasillos intentando no mirar hacia los lados, porque esto es como la mujer de Lot: miras atrás y te conviertes en una estatua de sal y ya no llegas a ninguna parte, jajaja Me gustaría ir más veces, sobre todo ahora que ya he estado varias veces en la ciudad (me gusta el arte, pero los museos no suelen ser mi prioridad en las visitas a las ciudades, sobre todo si me voy a quedar poco tiempo).

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    3. Ah, en la foto estaba intentando imitar a la escultura, que el pobrecito (o la pobrecita) tiene cara de espanto. No es para menos, que ha visto pasar 9000 años, buf...

      Los macarons son muy bonitos, pero todavía no sé si merecen la pena. Por lo que he leído dan mucho trabajo y es muy difícil que salgan bien. Y al probarlos, estaban ricos, pero, eh, no sé, la textura me resultó un poco rara. De todas formas, todavía tengo mucho que aprender, practicar e investigar hasta llegar al capítulo de los macarons ;) Estas galletas, por ejemplo, son una primera versión. Están muy ricas, pero seguiré probando más recetas y modificaciones, no considero que sea la receta "definitiva".

      Lo bueno de experimentar con la comida es que se disfruta mucho por el camino, ¿verdad? ;)

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    4. Por último: lo del "cosasquemedamiedocontar". Bueno, esto es como todo: quien lo empezó tenía una intención y unas reivindicaciones concretas, y luego cada uno lo hemos interpretado a nuestra manera. He leído por ahí algunos posts que no tenían nada que ver con la idea original, me parece. Pero siempre está bien que uno se plantee y se cuestione qué quiere hacer con su blog, un poco de reflexión no viene mal nunca, creo yo.

      En mi caso, me pilló justo en un momento de decepción, en que empecé a darme cuenta de que los blogs con fotos más bonitas no son necesariamente los que tienen las mejores recetas. Esto me ha pasado con algunos blogs que tenía de referencia, y que están considerados entre los mejores de España: al seguir su evolución a lo largo de algunos meses, y tras haber intentado hacer varias de sus recetas, he encontrado algunas recetas con un contenido calórico estratosférico, o cosas que no son reproducibles. Y bueno, pues como siempre: mientras más limpito y mejor vestido vayas, mejor impresión causarás, pero también tiene que haber algo detrás, un buen fondo.

      También te digo una cosa: tendemos a agruparnos con gente que piensa igual que nosotros, porque es más fácil asentir que debatir, discutir, o aceptar un punto de vista diferente. Nos sentimos reconfortados si nos dan la razón. Pero eso puede ser perjudicial, porque está demostrado que en ese tipo de grupos al final las opiniones se acaban radicalizando. Yo digo: ¡que viva la diversidad de opiniones! Y quien no esté de acuerdo, que se sienta en libertad para decirlo alto y claro :)

      ¡Besos!

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