Hasé er favóh, no fijarse en er huevo, que se má quemao un poquillo
O por lo menos, así las preparo yo en casa en Berlín. Que cada maestrillo tiene su librillo y tal. Y como pasa con todas las comidas tradicionales, cada familia tiene su receta. Yo no sé si mi madre las prepara exactamente así o si he pecado de innovadora aquí. La cuestión es que hacía años que no tomaba este plato (aproximadamente seis, para más datos, desde que abandoné el sur) y ha sido hace poco que me ha apetecido de nuevo. Supongo que me acordé de las espinacas con garbanzos cuando buscaba en ampliar el contenido en legumbres de mi recetario habitual. Y es que una comida a base de verduras de hoja y garbanzos suena muy sano, ¿verdad? Poh máh bueno ehtá. Y si no, probadlo en casa.
Tradicionalmente se haría cociendo los garbanzos por un lado, y las espinacas frescas por otro. En mi versión, los garbanzos vienen ya cocidos en un bote, y las espinacas están congeladas. Esto acorta considerablemente el tiempo de preparación, y hace que pueda tener los ingredientes guardados para un desavío. Cocina precocinada no, pero cocina de ingredientes en conserva, sí. Y cocina sana que se prepara en un pihpáh, mejor aún.
En Sevilla se suele acompañar este plato de una rebanada de pan frito y un huevo, frito también. Yo del pan frito me abstengo, no ya por reducir el contenido calórico, sino porque en general me resulta muy grasiento.
Venga, vamoh palláh.
Qué me gusta Andalucía, por cierto. Acabo de volver de estar allí una semana, y no soy capaz de expresar lo mucho que he disfrutado del clima, de la comida, y de hablah andalúh.
Ingredientes (para dos personas):
- 500 g de espinacas congeladas (o frescas y lavadas)
- 240 g de garbanzos cocidos (si son de bote, enjuagados)
- 4 dientes de ajo (o más, o menos, al gusto) pelados y cortados en láminas
- un chorreón de aceite de oliva
- un chorrito de vinagre blanco (yo aquí tengo de manzana)
- sal, comino y pimentón
Preparación:
- En una sartén poner a calentar el aceite y dorar en él los ajos, sin que se quemen.
Lo sé, es más fácil de decir que de hacer. No os despistéis, tunantes, que el ajo se dora en seguida, no os separéis de la sartén ni os pongáis a mirar el whatsapp, que nos conocemos. - Añadir las espinacas, los garbanzos, la sal, el comino y el pimentón.
De comino y pimentón, al gusto. Yo pongo media cucharadita generosa de cada. - Cubrir con un vaso de agua y cocinar hasta que las espinacas estén tiernas (si son frescas) o se hayan descongelado (si eran congeladas) y el líquido haya reducido. Añadir más agua si fuera necesario.
- Poco antes de terminar la cocción, añadir el vinagre.
- Freír el huevo y servirlo acompañando.
Y yahtá. Ea. Que uhtedeh lo dihfruten con musha saluh.
Me tienes enganchada al blog con tus comentarios, jajaja. Yo quería hacer este plato tan nutritivo, y creo que tu me has dado la clave para darle gracia.
ResponderEliminarEl huevo por cierto...pues con encaje! jajaja
¡Mucho gusto en conocerte Melorra!
EliminarVeo que somos conciudadanas ;)
No estoy muy activa en el blog últimamente, pero me alegrará seguirte.
¡Saludos!