El revani o ravani es un dulce típico de Grecia y de Turquía. Lo probé el año pasado en Creta y me encantó, porque es uno de esos dulces tradicionales, sin tonterías, y a pesar de que va borracho, no resulta empalagoso, ya que la masa en sí casi no lleva azúcar. Se merienda fresquito en un día de calor y es como tomarse un trocito de sol de verano, no del sol de medio día, sino del de final de la tarde, que ya no quema pero te saca una sonrisa.
Un revani dorado y reluciente como el sol.
Estaba yo pensando en Grecia, en lo buenísimo de su gastronomía, en lo bellísimo de sus paisajes, en lo simpáticos que son los griegos y en la situación económica y política tan difícil que están pasando. Y como Grecia y los griegos me caen bien, así en general, he hecho este revani como homenaje. A ellos y a mis comensales, que no han dejado ni una miga.
La receta es una mezcla entre varias que he leído por la web. Como pasa con cualquier plato tradicional, en cada casa se hace de una manera. A veces le ponen yogur, a veces no, a veces va sin huevo (aunque esto no me queda claro si es una opción real o una errata). Bueno, por mi parte, si la elección está entre poner yogur o no, por supuesto la respuesta es: yogur, y del griego, claro.
Con estas cantidades sale mucho revani, porque aunque parece un bizcocho es más pesado. Aquí a cuatro glotones nos ha dado para desayunar tres días. Así que quizás os interese hacer sólo la mitad. En cualquier caso, es rápido, fácil, y da muy buen resultado. Porque los dulces de toda la vida tienen un rinconcito ganado en el corazón de cualquier persona que aprecie la comida, y ese lugar no lo van a perder nunca.
Así es la miga del revani: gruesa pero esponjosa.
Ingredientes (para muchas raciones):
Para la tarta:
- 225 g de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
- 230 g de azúcar
- 6 huevos
- 450 mL de yogur
- 260 g de semolina de trigo
- 140 g de harina de trigo
- 1 sobre de levadura química
- la ralladura de un limón
Para el sirope:
- 2 tazas de azúcar
- 2 tazas de agua
- 1 cucharada grande de miel
- 1 rama de canela
- el zumo de medio limón
Preparación:
Para la tarta:
- Poner en un bol la mantequilla y el azúcar, y mezclar bien con la batidora de mano.
- Incorporar los huevos, y después el yogur y la ralladura de limón.
- Añadir por último la semolina, la harina y la levadura, y batir hasta que esté todo bien mezclado.
- Verter a un molde de cremallera bien engrasado y hornear a 180 ºC (horno arriba y abajo) durante unos 30 minutos, hasta que al pinchar en el centro con un palito éste salga limpio. Cuidar también que no se queme por arriba; si vemos que se dora demasiado, lo cubrimos con papel de aluminio.
- Sacar del horno y dejar enfriar.
Para el sirope:
- Ponemos el azúcar, la miel y el agua en un cazo y removemos. Ponemos también la rama de canela, y llevamos a ebullición. Dejamos hervir durante unos 10 minutos y después retiramos del fuego.
- Echamos el zumo de limón en el cazo y lo mezclamos bien.
- Colamos el almíbar a un bol y lo dejamos enfriar en la nevera.
Montaje:
- Una vez que la tarta está fría, la desmoldamos y la cortamos en rombos con un cuchillo afilado.
- Si el sirope está frío ya, empezamos a verterlo sobre la tarta, a cucharadas y repartiéndolo bien por toda la masa.
- Guardamos la tarta en el frigorífico y servimos así, fresquita.
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