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viernes, 29 de julio de 2011

Mermelada agridulce de pimientos rojos

Mi madre siempre está investigando y probando recetas nuevas. Ya hace tiempo que encontró esta, no sé si en internet o en uno de los muchos libros y revistas de cocina que tiene, y desde entonces ha sido casi una constante en su nevera. A mí me encanta el sabor agridulce de esta mermelada, ese color rojo tan brillante, y lo bien que combina con queso, que es una de mis debilidades. Así que he decidido que esta receta debería aparecer en este blog, sí o sí.



Necesitarás:

  • Dos pimientos muy rojos, grandes
  • Un poco menos de un vaso de vinagre de manzana
  • Un vaso de azúcar

Cómo preparar esta mermelada de pimientos rojos:

Lava los pimientos y córtalos en trozos pequeñitos. Ponlos en una cacerola, añade el vinagre y el azúcar, y remueve para mezclar bien los ingredientes.

Si trocear los pimientos te parece un rollo, piensa que también puedes usar un robot de cocina. En ese caso, rompe los pimientos en trozos, añade el vinagre y pícalo todo junto hasta que obtengas una mezcla con la textura deseada. Yo personalmente prefiero que quede con trocitos, las mermeladas que son completamente homogéneas me dan la sensación de ser más artificiales, pero es una cuestión de gustos. Después sólo tienes que llevar la mezcla a la cacerola, añadir el azúcar y remover para mezclarlo todo.

Mantén la mermelada a fuego lento durante un par de horas, removiendo de vez en cuando para evitar que se pegue al fondo. No le pongas tapadera, porque lo que queremos es que el vinagre se evapore lentamente. Para saber cuándo puedes dejar de cocinar, comprueba la consistencia de la mezcla (aunque debes tener en cuenta que la mermelada caliente es más líquida que la mermelada fría). También puedes probar un poquito, con cuidado de no quemarte, para ver si todavía sabe demasiado a vinagre. Si es así, deja que se cocine un rato más.

Como dije antes, esta mermelada combina especialmente bien con queso. Puedes usar un poco de queso de untar, por ejemplo, o con un queso de oveja viejo, como el de la foto. Pero también lo puedes untar directamente sobre el pan, mantequilla, o un poco de paté.

¡Que lo disfrutes!

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